sábado, 14 de enero de 2012

La Copa tendrá otro Clásico

La pasada final de la Copa del Rey se reeditará, pero en cuartos de final porque Real Madrid y Barcelona están condenados a encontrarse. Su aplastante superioridad sobre el resto tanto a nivel nacional como internacional ha incrementado desde hace un año las ocasiones en las que deban medir su poderío.


Este noveno cruce guarda una singularidad con respecto a los ocho anteriores desde que José Mourinho dirige al conjunto blanco. Por primera vez es el Barça el que más tiene que perder. Los culés podrían cerrar el mes de enero a cinco o más puntos de su rival directo por la Liga y optando a un título menos de no clasificarse para las semifinales de Copa.

No obstante, la estadística dice todo lo contrario. Al margen de la pasada final de Copa el Madrid registra un balance totalmente desfavorable de cuatro derrotas y tres empates. Si profundizamos más detalladamente en el análisis veremos que en ocho partidos los culés le endosaron 17 goles a Iker Casillas, con Messi como la bestia negra del portero de Móstoles.

El vigente campeón del Balón de Oro le ha metido seis, siendo muchos de ellos decisivos como el de la vuelta de la Supercopa de España. En cambio Ronaldo sólo ha mojado en dos ocasiones, valiendo, eso sí, su testarazo un título. Y es que a nivel global los de Mourinho sólo han hecho 8 tantos. Números que en nada se corresponden con los actuales líderes de Primera División. En 17 jornadas han logrado 61 dianas, una media de 3,5 por encuentro muy por encima del registro en los enfrentamientos directos.

Si algo ha fallado han sido los experimentos del luso. Ni la inclusión de Pepe en el mediocentro ni la ubicación de Coentrao como lateral derecho dieron el resultado esperado. El central sólo fue protagonista por las innumerables patadas que repartió a lo largo y ancho del terreno de juego. Por su parte, su compatriota vivió toda una pesadilla en el Bernabéu tratando de parar a Iniesta, sin duda una de las mejores apuestas de fútbol con las que cuenta Guardiola.

Lo que no puede negársele al ex entrenador del Inter, es su capacidad para hacer crecer a un equipo en tiempo exprés. Durante la hegemonía del club azulgrana en el último lustro la media de enfrentamientos entre ambos era de dos por temporada, todos ellos en Liga. Con su aterrizaje en Chamartín los merengues parecen ahora los únicos capacitados a nivel mundial de cuestionar dicha autoridad primero Copa y después quizás en las apuestas por la Champions League.
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