jueves, 22 de diciembre de 2011

Buscando una salida al laberinto de Torres

Torres pide respeto hacia su persona ante tanta crítica por su preocupante estado de forma, que le ha condenado reiteradamente al banquillo. Considera que merece algo de consideración por eso de ser campeón del mundo y de Europa con España.

El Niño parece novato en este mundo. La memoria futbolística es tan corta como la de un pez. Sus logros en las apuestas por partidos internacionales suenan en la prensa británica y en la afición del Chelsea casi a la época de cuando Moisés abrió las aguas del Mar Rojo, precisando de documentación empolvada en alguna estantería para saber de lo que habla el español. Encadena con diferencia la peor temporada de su carrera desde que Luis Aragonés le hiciera debutar por los campos de Segunda con la camiseta del Atlético allá por el comienzo del siglo XXI.

La espiral de negatividad le tiene comida la moral. Difícilmente será el de antes si no cree en sí mismo. Su cara es la de una persona que no encuentra respuestas entre tanto interrogante. Su andadura en el Chelsea empezó torcida desde el primer día, desembarcando con molestias desde Liverpool. Carga con la pesada losa de ser el fichaje más caro en la historia de la Premier sin saber cómo desprenderse de ella.

No estaría mal plantearse una terapia psicológica como hizo Djokovic para superar este duro trance. Si la cabeza no responde es complicado esperar que lo hagan las piernas y por consiguiente que logre tantos como siempre antes hizo. Su mayor aliado, el gol, que le convirtió en protagonista en el Atlético, Anfield Road y en la final de 2008 contra Alemania se ha vuelto ahora en su peor enemigo. A nadie se le escapa que sus números actuales andan por las dos dianas, cuando no hace tanto era una de las apuestas seguras por el Pichichi de la Premier.

Consciente del mal momento que atraviesa, André Villas-Boas ha tratado de arroparle públicamente negando una eventual salida en el mercado invernal. Las palabras del técnico no han acallado a la prensa, que sigue buscándole acomodo lejos de Stamford Bridge. Al parecer el criterio de Villas-Boas no se corresponde con el de Abramovich, que quiere rentabilizar de alguna manera los 58 millones de euros invertidos. Torres goza aún de un buen cartel internacional y según destaca entre sus páginas el prestigioso diario 'Daily Mirror', el Málaga asiduo a la rumorología desde que cayera en manos de un jeque árabe habría puesto sobre la mesa 30 kilos a fin de reforzar su delantera.

Un equipo con menos presión y aspiraciones puede ser un remedio temporal para encontrar la salida al laberinto en el que anda inmerso. Tendría más minutos y competiría por un puesto con un número inferior de jugadores sin el caché actual de Drogba o Sturridge.

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