La democracia se afianzaba en España y en Madrid se vivía el movimiento conocido como la "movida". La designación de nuestro país como sede del mundial trató de mostrar al mundo el cambio de aires, y la mascota elegida para la ocasión, Naranjito, contribuyó enormemente a ello. ¿Qué mejor elección que nuestra fruta más típica y con ese profuso color butano? Naranjito fue un símbolo de optimismo y vitalidad, y sobre todo era un muñeco hortera pero enormemente tierno que inundó todo tipo de productos de merchandising imaginables: camisetas, gorras, tazas, mochilas, estuches. Y hasta inspiró una serie de dibujos animados con toda una familia y pandilla de amigos. Demasiada vitamina 'pal' cuerpo.
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