sábado, 18 de febrero de 2012

Hiddink acepta el reto del Anzhi

Si hay un entrenador que desconoce el miedo a la aventura ése es Guus Hiddink. El holandés es un afamando trotamundos que a los 65 años se resiste a colgar el hábito. Su nuevo proyecto le conduce hasta la inhóspita tierra de Majachkalá para dirigir el Anzhi.
El conjunto ruso quiere edificar pronto, a imagen y semejanza de Chelsea, City o PSG, un equipo con aspiraciones en las apuestas por la Champions League. Las primeras piedras, fruto de los petrodólares, son sólidas con Roberto Carlos y Samuel Eto'o, a las que se une la de Hiddink. Firma hasta 2013 con un salario sólo equiparable al de los técnicos más laureados del viejo continente: 13 millones de euros por temporada.

Si por algo se ha especializado tras su paso por España, coincidiendo con Roberto Carlos en Madrid, es hacer de los sueños utópicos una realidad. Con Corea del Sur llegó a las semifinales del Mundial de 2002, clasificó a Australia para el de Alemania y jugó la penúltima ronda de la Eurocopa (2008) al frente de Rusia, cayendo con la Roja. Su único fracaso reciente ha sido no poder emular el éxito con Turquía. La selección otomana quedó apeada en la repesca de la cita de este verano y decidió dimitir.

En las últimas fechas ha sonado con fuerza para el banquillo de Inglaterra y el Chelsea. En el primero de los casos no cumplía el imperativo demandado por la afición y los internacionales, ser inglés. Más clara parecía su llegada al conjunto de Londres. Ya en 2009 fue el revulsivo de Abramovich, conquistando las apuestas por la FA Cup. El caso es que Hiddink ya conoce las islas y dado su espíritu viajero la idea de descubrir un nuevo país y una nueva liga declinaron la balanza.

Se atreve incluso con internarse en el territorio de Daguestán, que es más noticia en los telediarios por asuntos bélicos que deportivos. Por esos los jugadores entrenan y viven a muchos kilómetros de la ciudad de origen del club.

En cualquier caso, las exigencias de los directivos son máximas. A corto plazo el objetivo es reinar en Rusia y a medio-largo hacerlo en Europa por la vía de Liga de Campeones o en su defecto por la Europa League.

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